El pasado fin de semana, 11 y 12 de Marzo, el grupo de chicos y chicas de poscomunión y confirmación de la parroquia de San Severino (Balmaseda) y San Miguel Arcángel (Zalla) tuvimos la oportunidad de participar en la segunda Javierada de este año 2023. Para todos nosotros era la primera vez que hacíamos esta peregrinación y resultó ser, de verdad, una experiencia inolvidable.
Salimos de Balmaseda el viernes por la tarde rumbo a Lumbier y allí, después de que el párroco nos diera la bendición del peregrino, pudimos descansar y prepararnos mentalmente para lo que nos esperaba a la mañana siguiente: ¡Una caminata de casi 30km hasta las campas de Javier!
Fueron casi 30 km en los que tuvimos un poco de todo: Lluvia, viento, sol, risas, llantos, carreras, fotos, charlas, canciones… Caminamos durante casi 8 horas y, aunque hicimos una parada técnica en Sangüesa para comer y reponer fuerzas, la verdad es que los últimos 10km, los del Vía Crucis, se nos hicieron bastante duros. Cansancio, dolor de pies, el peso de la mochila, todo se acumulaba ¡y el camino no terminaba nunca! Pensábamos que no íbamos a ser capaces de llegar. Pero al final…
Al final llegamos a Javier y, nada más encontrarnos en las campas del castillo, todo el cansancio y el mal humor desaparecieron; se diluyeron en medio del mar de gente que nos rodeaba. Miles y miles de peregrinos con los que compartimos una misa preciosa y entre los que nos sentimos verdaderamente arropados, acompañados y contentos.
Lo que más nos sorprendió, además del castillo que es una pasada de bonito, fue precisamente eso: El montón de gente que se había reunido allí, que había caminado como nosotros lo habíamos hecho (de hecho, en el último tramo desde Sangüesa fuimos todo el tiempo rodeados por grupos enormes de peregrinos que caminaban en familia, en cuadrilla, en grupos escolares o parroquiales, etc), solo para participar en un encuentro en el que la gran protagonista es la fe.
Esa misma noche, una vez instalados en nuestro albergue, pudimos asistir a una vigilia de oración con otros cientos de jóvenes como nosotros (de la Delegación de Pastoral Juvenil y Jóvenes para la Misión de Madrid), y nos resultó de lo más sorprendente estar rodeados de tantos chicos y chicas que, como nosotros, sienten que la fe es una parte fundamental de sus vidas. Compartir con ellos ese rato de oración fue una experiencia verdaderamente poderosa y preciosa.
El domingo, ya para terminar nuestra Javierada, visitamos el castillo y disfrutamos de una ginkana por sus alrededores, aprendiendo un montón de cosas curiosas e interesantes de la vida y obra de San Francisco Javier. El Cristo de la Sonrisa, que a todos nos pareció espectacular y sobrecogedor, fue nuestra última visita antes de comer y coger el bus de vuelta a casa.
En resumen, un fin de semana inolvidable para nuestro grupo, lleno de aprendizajes, de experiencias bonitas y de muchos descubrimientos!
Os dejamos también el album de fotos de nuestra Javierada:
De verdad que fue una experiencia maravillosa.Gracias al sacerdote fran ..nos ánimo todo tiempo 💪😉el si que es un misionero ..Gracias infinitas Dios lo bendiga siempre..