El pasado domingo 17 de noviembre celebramos la III Jornada Mundial de los Pobres, iniciativa propuesta por el Papa Francisco para visibilizar que los pobres no sólo son objeto de la caridad de los cristianos, sino que ellos mismos son protagonistas y parte importante de nuestras comunidades, son centrales, pues el mismo Cristo se identifica con ellos (Mt 25).
Nuestra diócesis de Bilbao se sumó a la iniciativa, uniéndola al Gesto Diocesano que ya se venía haciendo desde hace años, trabajando con los chavales de los centros diocesanos (viernes), haciendo un gesto público de solidaridad (sábado) y celebrando en cada parroquia (domingo). Con el lema «Rayos de luz«, este año se quiso profundizar en la propuesta del Papa Francisco «La esperanza de los pobres nunca se frustrará», desde la búsqueda de devolver ese rayo de esperanza a todas aquellas personas que padecen cualquier tipo de pobreza. Aquí podéis ver la reseña de este año: http://www.bizkeliza.org/noticia/ecos-de-la-jornada-mundial-de-los-pobres-en-bizkaia/
En nuestra UP Garbealde, este año quisimos visibilizar la centralidad de las realidades de pobreza con un gesto: la imagen de una persona de las que podemos encontrar pasando la noche en la calle, pero durmiendo al pie del altar. De esta impactante manera, la gente al entrar en los templos podía encontrarse con esta realidad y cuestionarse, no quedar indiferentes. También se profundizó a través del momento de las ofrendas (mochila vacía, patena vacía, receta médica…) y en la homilía (con la invitación del Papa a sentir la obligación de devolver la esperanza a los pobres).